viernes, 18 de noviembre de 2011

Viernes, 18 de noviembre, 2011 6:49 AM REPORTE MATUTINO

En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: Nuevo Centro de Comando y Control del Plexo
Estado Anímico: Intolerante de gente estúpida que encubre su cobardía e ignorancia con una etiqueta de “nobleza” o “amor”.
Estado Físico: Dolorido, un poco fatigado.
Estado Cognitivo: Pensativo, reflexivo.

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: Me molesta la parte dorsal de la pierna derecha donde he sufrido tirones y desgarres muscular varias veces a lo largo de los muchos años de entrenamiento. Me acuerdo que el peor fue cuando estaba en Kingston, haciendo entrenamiento de velocidad en una pista de 400 metros y un gato (y no negro) se me cruzó y se paró justo donde me tocaba plantar el pie derecho; en un instante tuve que decidir no pisar el gato (visualice o siendo mordido en el tobillo o matando el gato) y al sobre-extender la zancada sentí un latigazo y oí un chasquido en el musculo bíceps femoral de la pierna derecha. Me arrepentí de no haber pisado el gato. Luego mi médico especialista me confirmó que efectivamente hasta la vacuna contra la rabia o los posibles puntos de sutura hubieran sido preferibles. Sí, pero el gato estaría muerto.

            Creo que voy a cobrarles más a los alumnos que después de que se van porque se dan cuenta de que las enseñanzas del Ryu les llevan a chocar con su realidad - quieren volver al darse cuenta de que es su realidad el problema y el motivo por el cual acudieron a mi para comenzar. Va siendo un patrón esto, ¡y los más necios hasta van y vuelven más de una vez! Es como decir, “Rechazamos su sabiduría y vamos a probar por nuestra cuenta para refutar sus enseñanzas.” ¿Para qué se molestan en venir? Una vez, pues podría aceptarlo, ¿pero dos? ¿Tres? O peor, los que vienen repetidas veces pero no aplican en sus vidas lo que se les enseña, y luego se preguntan que por que están estancados. Es como si pensaran que tuvieran en conocimiento necesario para decidir por sí mismos como llegar al “otro lado” del “rio existencial” – ¡si pudieran hacer eso no me precisarían a mí! ¡Serian maestros propios! En fin, voy a cobrar inscripciones y subir las mensualidades a alumnos que se creen que esto en una puerta giratoria para su conveniencia. La verdad es que no tardará, dos años a lo sumo, en llegar el momento en que las ventas de mis libros y videos, etc., rindan lo suficiente para ser más exigente y selectivo con el alumnado – también la credibilidad de tener libros y videos en las librerías y por venta online, etc., hará que tomen más en serio – quizás – mis enseñanzas. Claro, que para entonces seré más exigente (aún) y menos tolerante (todavía) de lo que soy ahora. En el mundo de la competición atlética, hay diferentes niveles de “coaches”, entrenadores. Están aquellos para clubes locales, regionales, estatales, nacionales, e internacionales y olímpicos. El nivel del club representa y refleja no solamente la capacidad del entrenador sino el compromiso de los atletas a su deporte, la medida en la que ese deporte es una prioridad en sus vidas. A nivel local, los atletas juegan los fines de semana, y ni se acuerdan de su deporte entre lunes y viernes. Es como esos tipos que se reúnen los fines de semana para jugar al futbol y ya. Subiendo de nivel, aumenta el compromiso. Yo soy un entrenador internacional/olímpico. Si no les interesa un compromiso completo en donde los principios de MAMBA regulan sus vidas o mejor dicho, regulan sus vidas por los principios de MAMBA entonces están engañándose. MAMBA está diseñado para la victoria, para el éxito en el evento de la liberación personal, de la superación, para la formación de una identidad estable, integradora, triunfal en la vida, no para afirmaciones superficiales; MAMBA es una remodelación completa, una reconstrucción, no un decorado cosmético.

Hoy toca pesas, es decir, hacer de Hulk durante dos horas casi. ¡Dichosas las ganas! Ha sido una semana muy dolorida y repleta de calambres musculares. He descubierto que a mi edad las pesas ya no son la opción cosmética-atlética que resultaba ser durante mi juventud, sino una necesidad pragmática, una prioridad. Sin ese entrenamiento siento que me descompongo; los achaques acumulados de viejas lesiones me atosigan de forma incesante. El entrenamiento de pesas fortalece el cuerpo completo: los músculos, los tendones, los ligamentos, los huesos, y hasta los órganos internos. Constituye un entrenamiento vascular porque el sistema circulatorio tiene que adaptarse a la tremenda explosión de flujo sanguíneo. Yo levanto pesado – es decir, series con un peso que solamente permite de 4 a 8 repeticiones – en casi todos los ejercicios con el fin principal de adquirir fuerza y potencia, indispensables para la velocidad explosiva propia de las artes marciales. También tengo una rutina para la resistencia muscular, compuesta de series de altas repeticiones – hasta 20 – que son importantes para el judo y el jiu-jitsu. El entrenamiento cardiovascular es variado: correr, bicicleta, cuerda (comba), y prácticas marciales integradas compuestas de sombra, y trabajo en los costales. Es mi entrenamiento de “fuera de temporada” – off season – cuando una atleta adquiere las facultades físicas necesarias para la temporada de competición. No tengo intención de competir, pero sí de combatir contra mis alumnos en grappling, strike-fighting (golpes), y armas; para eso preciso de una condición superior, sobre todo cardiovascular. En el grappling no es tanto problema porque se puede con destreza y experiencia controlar el ritmo para nivelar la diferencia de condición cardiovascular – o de edad – pero no estilos de golpeo como el Muay Thai, el boxeo, kick-boxing, etc., donde la condición es la mitad de la batalla.

Estoy organizando en planillas de Excel los proyectos pendientes de desarrollo de MAMBA, del Ryu y profesional míos. Comenzando por el plan de desarrollo de Juegos Estratégicos. La cantidad de proyectos requiere de un meticuloso control del tiempo y división del mismo en varias actividades concurrentes a nivel semanal. No es mi fuerte; soy más cazador obsesivo de una sola meta, como dedicarme a un solo capitulo de un solo libro hasta que lo acabe, tal vez picando a otros como entremeses o aperitivos dependiendo de mi humor, inspiración, o cansancio. Veremos. La mañana se me ha pasado en “otras” cosas. De todo tiene que haber. Quedan poesías pendientes, muchas. Planificar en detalle nunca es tan sabroso como “hacer” en detalle pero igual de importante. Ahora me toca enfrentarme con todo lo que NO va a ser posible.

En la gran sinfonía de la vida que son las grandes estrategias las pautas, los silencios también ocupan su lugar en la melodía.

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.

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