miércoles, 16 de noviembre de 2011

Miércoles, 16 de noviembre, 2011 4:17 AM REPORTE MATUTINO

En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: Nuevo Centro de Comando y Control del Plexo
Estado Anímico: Indeterminado, ligeramente irascible, “prepotente”, “insolente”.
Estado Físico: Sobreentrenado, dolorido.
Estado Cognitivo: Somnoliento.

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: Iba a escribir “Debería estar durmiendo” y me salió “Debería estar leyendo” - ¡Rayos! ¡El ‘YO’ no para de exigir! “Eres un viejo cascarrabias” me lleva diciendo mi madre desde que me acuerdo de tener madre; “el Generalito” me apodaron mi Yaya (abuela, en valenciano), mi madre, y mi tía Leo. ¡Si mi Yaya me viera ahora! “¡Nieto, fuiste Napoleón en otra vida!” “¿Napoleón? ¡Qué va! ¡Ese perdió! ¡Genghis Khan!” A petición de un alumno subí la anotación sobre la prepotencia que escribí hace más de un año. Ciertamente debería estar durmiendo, o al menos en la cama donde hace menos frio. Me duelen los tríceps de forma radical, las piernas, la espalda baja, más tarde bajare y haré algo de yoga. Dejé pasar demasiado tiempo entre entrenamientos de pesas y estoy pagando el precio, aunque continuo subiendo ligeramente de peso y de repeticiones. Estoy empezando a levantar bastante pesado y mis entrenamientos de pesas son más completos y rigurosos que nunca. A mi edad ya no puedo ser el ágil leopardo que era antes, recuerdo de pronto a los 13 haber empatado extraoficialmente el record europeo de los 60 metros lisos para mi categoría de edad – de ahí que luego mi padre no me dejara competir en atletismo: “Atletas y artistas negros sobran, precisamos de científicos, pensadores, filósofos, profesores…” Es cierto, incluso entonces lo entendía. El punto es que a mi edad no puedo ser veloz como cuando era jovencito, pero puedo ser más potente: el tigre, o su equivalente en las Américas el jaguar, no huyen de nada (salvo del hombre, claro), pero el leopardo huye del tigre. El leopardo de las nieves, la onza, uno de mis animales favoritos, bello, ágil, veloz, en su día, sí.  Me gustó la poesía de ayer. La escribí rápidamente, en unas pocas horas de mañana; mi humor se plasmó con facilidad en palabras:

Pueblo de nadie

Tierra parca de sueños
Almas de esclavos
Pueblo que implora dueños
Y se vende por centavos

Tierra sin piernas ni ilusiones
Caminan arrastrados
Pueblo sin visiones
Donde se paran acostados

Tierra de pesadillas
Ni a soñar se atreve
Pueblo que nace de rodillas
Y lo mediocre promueve

Tierra de futuro ausente
Pueblo sin ídolos ni figuras
Colonizados de cuerpo y mente
Héroes sin bravuras

Tierra sin riqueza de visionarios
Pueblo de corruptos y vicarios
Exiliado de guerreros
Desterrada de sabios

Tierra de fueros
Pueblo de soberbias y apatías
Vacía de causas
Repleta de rebeldías

Tierra ignorante que rechaza enseñanza
Tierra supersticiosa y con eruditos resentida
Pueblo de infancia malcriada
De juventud desperdiciada y consentida

Tierra tan pobre que solo el dinero adquiere
Donde el que más tiene es el que vale
Pueblo sin compromiso ni disciplina
Tierra perdida, Pueblo de nadie

Por Shodai Sennin J.A. Overton-Guerra

Dicen que la poesía es menester del joven artista. No estoy de acuerdo; creo que solamente se precisa de una cierta sensibilidad – ¡Rayos! ¡Qué frio hace en este cuarto! – tanto para la expresión como para sentir lo percibido. Es una disciplina eso de sentir o sentirse mejor dicho, luego expresarse. No sé hasta qué punto llegaré a ser un gran poeta. Hace mucho que no estudio la poesía de nadie. Espera. Voy a ver algunos de Octavia Paz, de mis poetas favoritos. ¡Me encanta la Internet! Hmm… Octavio Paz… Me gusta, pero ya no me gusta tanto como me gustaba cuando me gustó.  No me gusta ya su estilo. La poesía verdadera es expresión del A ver otro… claro… Gustavo Adolfo Bécquer, ¡el gran maestro! No preciso de Internet para escucharle en mi cabeza. Pero ya no me gusta tanto, tanto, como antes, tampoco. Su estilo es limpio, simétrico – demasiado – sus temas, repetitivos, pero eso sí, mejores versos jamás hubieron. Repasando los míos, si, lo veo, destellos de gran poeta, preciso de volumen, hay menos de 60 en la colección – cuando tenga ¿Qué? ¿200? ¿300? Y de muchos temas, sociales, políticos, naturales, sobre animales, sobre la muerte, sobre Dios, sobre el amor, ¡blej!, el combate, las artes marciales, el ajedrez, el go, el sexo, la danza, tus hijos, la perdida - ¡uf! ¡De ahí no salimos! – el amor, jejeje, etc., falta volumen, masa y variedad, para ser un gran poeta: volumen y variedad. Toda tu expresión mental, toda la variedad de tus vivencias. Tienes el ‘don’, la capacidad, pero apenas la estas comenzando a aprovechar, a explorar con diversos estilos, ritmos, rimas.  Pero hay un estilo propio, sí, un estilo muy ‘tu’. Recio, seco, cortante, al grano, áspero quizás aun cuando siendo dulce. ¿No? ¡Quién sabe!

5:12 AM. ¿Has dicho algo que merezca la pena decir? ¿Qué merezca la pena leer, escribir, que justifique el desvelo? Deberías mejor estar durmiendo. ¿Gran poeta? Hmmm…. Poeta… Gran poeta…. Si, ¿por qué no? No hay nada como insultar a algo en verso como para carcomerle el hígado. Jejejeje. ¡Viejo cascarrabias! Las verdades en verso son tres veces más ciertas por ser agradables, concisas, escuetas, cortantes. Es un arte la poesía. ¿Quién era? ¡Faulkner! ¡Sí! El gran escritor solo requiere de pocas palabras para captar sus verdades, y entonces tenemos la poesía. El menos diestro precisa de algunas páginas, y entonces tenemos el cuento, el ensayo. Y el más aparatoso de capítulos o incluso volúmenes, y ahí la novela. Poesías, ensayos, cuentos, novelas, de todo queremos. Ciertamente queremos ser un gran escritor que haya dejado su marca en poesías, ensayos, artículos, obras de teatro, novelas, cuentos infantiles y no tan infantiles, etc. Es tu derecho ser grande, ser potente y prepotente, ser ambos el Alejandro Magno y el Genghis Khan de la Quinta Dimensión. Tener algo que decir y saber cómo decirlo. Te encaraste a la vida, no siempre sin temor a la pérdida, pero no te dejaste dominar por ese temor. Amaste, lloraste, comiste, fornicaste, peleaste, fuiste señor y truhán – todo en tu día – pero siempre estuviste presente, con un sabor auténtico, real, no siempre fuiste Shodai, ni mucho menos Sennin, pero siempre fuiste un individuo, tu, títere de nadie, consciente de tu destino invocado por ti mismo. Pagaste el precio más allá de lo imaginable a veces, más allá de lo humanamente tolerable y eso mismo te transportó a la otra orilla de la iluminación y de la ilustración ambas:

Soy, seré y he sido
Arrogante,
Altivo,
Prepotente,
Soberbio,
Altanero,
Insolente,
Recio,
Fornido,
Adusto,
Agresivo,
Gallardo,
Y de malas despectivo.

Soy,
Seré,
Y ya sabéis que lo he sido.

Pero…
Sé quién soy,
Y ‘yo’ soy ‘YO’:
Quien siempre soy, y seré
Y quien siempre quise haber sido

Ahí se queda eso.

Hoy debería tocar descansar. Después de todo, soy el que más se exige, el que tiene la idea clara de la siempre ascendiente cima y de su obsesión por treparla. El que se exige por no ser perfecto pero que le encanta como es; el que es su fan más grande y su crítico más despiadado. Pero al final, lo único que importa es que sé quién soy, y soy quien siempre quise haber sido.

Aún no amanece. Hoy tengo que comprarme un libro de música. ¡Qué delicioso me saber el no saber! ¡El no tener ni puñetera idea algo e ir descubriendo poco a poco su significado! Es el gran regalo del aprendizaje, del viaje hace lo misterioso, lo desconocido. Algún día, - ¡quién sabe cuando! – podré compartir con otros millones la maravilla de la música, el haber salido, a propio pie, de mi presente analfabetismo musical y contarme de entre los entendidos del maravilloso lenguaje de la melodía. ¡Qué precioso es ese estado de “principiando”, de comenzando a estudiar, de no saber pero comprometido al destino del ‘sabido’! Comienza a amanecer. Los primeros rayos escarlatas irradiados del rojizo obelisco de fuego aparecen reflejados a través de mi ventana. Algún día serán los últimos que vea. También saber eso es bello. Que sublime es el humilde estado del principiando a la vez que contemplar el sereno estado del crepúsculo de la vida. Principiando y extinguiendo. Y me dicen “prepotente”. Estúpidos. ¡No saben nada! ¡Ni me conocen!

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.

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