sábado, 26 de noviembre de 2011

Sábado, 26 de noviembre, 2011 REPORTE INICIADO A LAS 6:25 AM

En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: Recamara Privada del Plexo.
Estado Anímico: Sosegado, introspectivo.
Estado Físico: Ligera molestia estomacal, soñoliento, con frio, hambre, ligero dolor de cabeza.
Estado Cognitivo: Introspectivo.
                                                                                        
El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: La empatía es la facultad mental, el aspecto de la imaginación, que nos permite ponernos en el lugar de otra persona y – dentro de lo que cabe – sentir lo que sienten, pensar lo que piensan, ponernos “en sus zapatos”. El Maestro Kung – Confucio – nos informaba que no se puede juzgar a una persona sin haber caminado 1000 millas en sus zapatos. Lo cierto en la vida es que las experiencias de los demás nos resultan difíciles de concebir, en verdad hace falta una sensibilidad desarrollada que no es propia de la persona inmadura. De hecho, los niños pasan por una fase de desarrollo en la que comienzan a darse cuenta de que lo que las acciones que les duelen a ellos también si efectuadas a otros causarían dolor ajeno, pero aun así nos resulta imposible imaginarnos los efectos de acciones, de experiencias que nunca hemos tenido – como hombre nunca sabré lo que se siente dar a luz a un bebe, y una mujer nunca sabrá lo que es ser padre, por ejemplo. Lo inefable, lo indescriptible en palabras, gobierna nuestras vidas, las palabras solamente nos facilitan el proceso de engendrar, en mente y cuerpo propio, las experiencias a las cuales el autor de las mismas hace referencia. Cada mente es un universo, su quinta dimensión particular, que conecta con las demás, que logra compartir con las demás a través del universo que es la Quinta Dimensión colectiva.

            Filosófico hemos amanecido, ¿verdad? Todos tenemos una puerta hacia lo melancólico, hacia la tristeza, hacia los recuerdos que nos jalan a un abismo de dolor insoportable. El punto es saber mantenerla cerrada, el darnos cuenta de que no es más real que el chocolate que ni me estoy comiendo ni tengo en este momento. Tan sencillo y tan difícil como eso. La puerta imaginaria a un abismo ficticio hay que darle atención real de no traspasar por él. Se expresa sencillamente, supongo, pero me llevaron décadas de entrenamiento mental, de preparación filosófica y psicológica, poderlo realizar como aquel que cierra una ventana de su cuarto porque entra una corriente fría. Pero a veces, aun pudiéndonos levantar, la idea de salir de la cama donde uno esta cómodo, calientito, salvo la cabeza helada por la brisa, nos da desidia, flojera. Finalmente, el balance inclina a favor de aguantar una incomodidad mayor a corto plazo para lograr mejorar las condiciones a mediano plazo y salimos de la comodidad relativa de las cobijas para poner un fin al asedio frio del viento. No obstante hemos experimentado lo suficiente del mismo para saber que esta ahí y, si somos sensibles a la memoria, podremos recordar la incomodidad en cualquier momento solo con oír los susurros del aire en la noche fría. Pero hay que saber cuándo y cómo cerrar portales imaginarios a abismos ficticios. Ese es el secreto de seguir funcional en una vida, en una existencia – la humana – que se llena inevitablemente de trauma y tragedia. Alex y Julia, entre tantas otras memorias, traumas y tragedias, siempre están al otro lado de ese portal. La vida heroica se fundamenta en la superación al trauma y a la tragedia.

            La otra noche, anteanoche, me levanté a la 1:00 AM, mi cabeza repleta de ideas que precisaban grabarse, externarse. Me conecté por gchat y, mientras elaboraba los siguientes movimientos de KAI-ZEN en “La Bitácora de KAI-ZEN” y meditaba las nuevas anotaciones de “El Tao de VIPERS” intercambiamos planes para el futuro. Los frutos de las semillas implantadas hace veinticinco años comienzan a brotar, y por primera vez en mucho, mucho tiempo, la palabra “imperio” fue mencionada – y no inicialmente por mí. Me preguntó que desde cuando llevo elaborando todo esto, le dije que al menos desde mis 13 años cuando me di cuenta de que los inventos de mi padre no iban a rendir salvo trabajo para mí y gastos para la familia, que no podría contar con mis padres para realizar los sueños que ellos mismo me habían inculcado. Le dije que le había programado en mente y cuerpo desde la cuna para este mismo momento. ¿Por qué creía que le hacía leer los libros que le hacía leer, ver las películas que le hacía ver, estudiar lo que le hacía estudia, etc., etc.? Entre la impersonalidad del chat y la imposibilidad de poder imaginarme lo que se debe sentir al darse cuenta uno de que ha sido una pieza  estratégicamente tallada como parte de un gran plan maestro que ha abarcado décadas antes de su misma existencia no puedo saber lo que sentía exactamente más allá de la comprensión de la misión y de su compromiso a la misma – hasta eso mismo le fue inculcado. Somos guerreros, y con visión, paciencia, perseverancia, renuncia y sacrificio, se establecieron los fundamentos de una dinastía como la que nunca se ha conocido en la historia. ¿Y el precio? Dolores, molestias, cicatrices, traumas, tragedias, pero no más que muchos, y menos que algunos. Nadie, ni siquiera mi hijo que apenas está despertándose a su realidad, a su destino – sí, destino escrito por mí –  es capaz de entender a lo que estoy aludiendo a pesar de que las piezas del ensamblaje y los planos están a plena vista: el ilusionista maestro ejecuta ante las miradas atentas de todos. Pero que no piensen que no tuve que, en incontables ocasiones, salir de por debajo de las cobijas de mi comodidad existencial a cerrar ventanas y encararme con la noche helada. Toda grandeza conlleva sus tragedias, pero no todas las tragedias conllevan la grandeza. ¡Y las traiciones! Esas nunca faltan:

The Renegade (circa 1988)

Betrayed… still unafraid to give
For in giving without expecting
One remains free
Yet betrayed just the same

Betrayed by those I love
By those above I must trust to rule
Only a fool chooses not to see.

For years, far too many!
I have carried this pain
Just a felling without a name
Until now:
Betrayed!

Betrayal… is all I have come to expect
Yet none will ever detect
The stain of this bloodless wound.
Yet nonetheless…
Betrayed!
por James A. G. Overton

En traducción:

El Renegado (circa 1988)

Traicionado… pero aún sin temor a la entrega
En el dar sin esperar a cambio
Uno permanece libre
Pero aun y así,
Traicionado fui.

Traicionado por aquellos a quienes amo
Por los de arriba a quienes tengo confiar para mandar
Sólo un tonto elige no observar.

Durante años, ¡demasiados!
He llevado este dolor
Sólo un sentimiento sin nombre
Hasta ahora:
¡Traicionado!

Traición... es todo lo que he llegado a esperar
Sin embargo, ninguno jamás podrá detectar
La mancha de esta herida sin sangre.
Y sin embargo...
¡Traicionado!

Por James A. G. Overton

1988.  ¿Hace cuantos años? ¡23! El arte de dirigir, del generalato, de la Gran Estrategia. Ser el “Primer Grande” se lo gana uno, no te lo puede dar nadie. ¿Qué toca hoy? Correr, pesas, más VIPERS, música, go, ajedrez, ¡una poesía!, un pensamiento secreto, el amor: calor eterno de una alegría.

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.

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