miércoles, 30 de enero de 2013

ANOTACIÓN 3: Martes, 29 de enero, 2013 5:42 AM REPORTE DEL DÍA


El Diario de un Sennin, Volumen III – 2013: Misma Singularidad, Nuevos Horizontes.

ANOTACIÓN 3: Martes, 29 de enero, 2013  5:42 AM
REPORTE DEL DÍA


En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: Salón Principal del Nexo.
Estado Anímico: Energizado.
Estado Físico: Ligeramente adolorido.
Estado Cognitivo: Lúcido.

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: El café acaba de hacerse. No es una hora usual para estar despierto para mí, al menos ya no puesto que me acuesto más tarde de lo que solía hacer. Hay cosas que ocupan mi mente, hay cosas que le quitan el sueño hasta a un Sennin. Hoy va a ser un día interesante; hoy comienzo nuevos proyectos, caminos prácticamente; hoy comienzo mi curso de algoritmos ofrecido en línea por la universidad de Stanford – gratis. Algoritmos son la esencia de la informática y consisten en las fórmulas operacionales para llevar a cabo las computaciones necesarias para un programa. No sé si es una buena definición, pero si queréis algo mejor id a Wikipedia. Este curso, que inicio acompañado virtualmente de mi hijo, Sensei Jimmy, representa un paso en un proyecto conjunto de un libro que vamos a escribir sobre algoritmos que quedará ilustrado mediante la metodología y la tecnología VIPERS. Somos tres generaciones de científicos de la computación en la familia – abuelo, hijo (yo), y nieto –  se puede decir que lo llevamos en los ‘memes’ familiares. Es un proyecto muy ambicioso, muy exigente… ¡muy MAMBA!

El otro proyecto que comienzo hoy es el de música mediante un programa para tocar el teclado que adquirí hace unos meses y que por fin voy a tomarme el tiempo de comenzar. Música, algo nuevo que debí haber emprendido de niño cuando mis padres trataron de que lo aprendiera. Me arrepiento de mi necedad, pero ni fue algo en lo que insistieran ni tampoco se me puede acusar de haber desperdiciado mi infancia o juventud. Seguro que si mis padres hubieran tenido los medios económicos para pagar un maestro sí lo hubiera acogido, pero eso de sentarme al piano solo con un libro a mis seis años pues no iba a suceder. Lamentablemente ninguno de los dos tenían el conocimiento para enseñarme ellos mismos, y mi Yaya, aun teniendo una licenciatura en música, nunca le interesó dar clases a nadie. ¡Tengo altas expectativas!

Siempre me ha gustado cantar y me gustaría poderme acompañar por el teclado o por la guitarra. Si no me dediqué de forma seria al canto, o sea, profesionalmente fue por varias razones. Una, porque de niño mi padre siempre insistió en dos cosas: en que aprovechara al máximo mis “dones” o “talentos”, y que hiciera lo que hiciera, me dedicara a lo que me dedicara que fuera “el mejor”. Simple. Era una actitud muy propia de la cultura afroamericana tanto de su generación como de las dos anteriores. El “décimo talentoso” (el 10% de la población con ‘talento’ suficiente para hacer una diferencia aplicando y aprovechando esos talentos para beneficio propio y del resto) del que hablaba WEB Dubois, cuya obligación consistía en exigirse lo máximo de sí mismos y así elevar el nivel de todos. El “décimo talentoso”, el porcentaje superior de la población afroamericana dotada de la capacidad y de la responsabilidad de cargar el resto con su propio desarrollo. La lista de afroamericanos que se destacaron de acuerdo al mantra de “Sé el mejor” es extensísima. Esas generaciones pasadas dieron lugar a hombre y mujeres sobresalientes que obraban siempre con la consciencia del peso de la responsabilidad que cada uno sentía de levantar a su pueblo entero de la miseria mediante el único recurso a su disposición: su propia excelencia y grandeza. Mi padre y dos hermanos suyos tienen doctorados. Dadas las dificultades que aquellos hombres superaron para lograrlo la siguiente, la nuestra, no tiene excusas – y sin embargo la mayoría nos quedamos cortos. Son titanes y el peso de la responsabilidad de elevar la raza se disolvió en las generaciones sucesivas de los derechos civiles.  Pero no en mi caso. “El mundo no necesita ni más deportistas, ni más músicos, ni más cantantes negros” me decía mi padre, “sino científicos, intelectuales, y profesores que demuestren que somos capaces de hacer algo más que correr, saltar y entretener a los blancos”. Aprovechar mis talentos y ser el mejor: las grandes expectativas implantadas, arraigadas en la mente de un hijo por su padre. Marcaron el rumbo de mi vida implantando una predisposición que me guiaría siempre y en todo. Y con esa consciencia supe dos cosas, que dedicarme a cantar sería un desperdicio de mis verdaderos talentos intelectuales – y que nunca lograría ser “el mejor” cantando ya que sobraban cantantes que eran, y serían, mucho mejores que yo. Así fue que me crié con esa consciencia, algo que he notado que brilla por su ausencia en la consciencia latina. Cuando te crías con esa mentalidad la rendición no es una opción, la displicencia es el único verdadero pecado capital, la auto-lástima no es sino traición a todos y sobre todo a ti mismo, y el conformismo con la mediocridad resulta simplemente inconcebible. Vives bajo el código de “Cumplir o Morir, Cumplir hasta Morir”; te crías como soldado en campamento de batalla, la vida es guerra. El verdadero enemigo, aparte de un sistema sociopolítico y económico que te ha denegado a ti y a los tuyos hasta vuestra misma humanidad en una larga serie de injusticias acumuladas durante siglos de historia, viene a ser la resistencia, a veces pasiva, a veces directa, de tu propia gente de unirse contigo a la causa. La mentalidad de una causa es lo que nos falta en el mundo latino, la conciencia de una responsabilidad con nuestra cultura, pero solamente con nuestros propios países, sino con nuestra gran cultura panhispánica: solos no somos nada, meras gotas, juntos seriamos un tsunami. Los negros la tuvieron y con ella lograron lo que lograron, nosotros ni rastro.

Hablando de tsunami, el viernes terminé el capítulo 2 de ‘Penuel’. Me quedé exhausto. Mejor dicho, me dejó exhausto. Es de las pocas ocasiones (salvo en el caso del Julio Wolf que fueron muchas ocasiones a lo largo de casi de treinta años que me costó terminar el primer volumen) en las que he escrito un capítulo de nuevo desde el comienzo, pero este capítulo 2 requirió investigación sobre investigación, planificación, entrega, compromiso, de todo y más allá hasta que cuando finalmente lo acabé me di cuenta de que me había acabado a mí. Quedan tres capítulos más, y cada uno va ser igual o más difícil de redactar que el anterior. Me inspiré en parte por la novela que ya tenía en progreso y a la cual modifiqué significativamente a raíz de mis estudios de los diálogos de Platón en preparación para el curso de filosofía. Así fue que lo que comenzó como un ataque simple y directo a la figura de Dios en la Biblia, acabó siendo toda una guerra dialéctica sin cuartel entre el Sennin y un ángel/Dios/demonio cuyo campo de batalla se extenderá a la mitología de diversas culturas (la africana, la esquimal, la hindú, etc.), a la filosofía espiritual y psicológica del Extremo Oriente, a la filosofía social africana, a todos los ramos de la filosofía occidental, y quién sabe a qué otros lugares y cuáles temas más. Integrar a lo largo de tan ancho espectro temático es agotador y cuando me imagino sentado al escritorio del “salón principal del Instituto KAIZEN Center de MAMBA Ryu” y debatiendo con el obstinado pero sagaz e ingenioso ‘Mr. Freedman’ entro en papel y suprimo cualquier consideración de cansancio del momento, pero guardando el archivo, cerrando el laptop y saliendo del portal de la fantasía, la fatiga del encuentro me cae encima como una caja fuerte hundiéndome en el cemento de la banqueta de mi propia voluntad. El agotamiento me duró el sábado completo y hasta el domingo por la mañana cuando ya amanecí más “entero”. Me sentí tan débil que llegué a preocuparme seriamente por mi salud. El sábado por la noche empecé a recuperarme y me di cuenta de la causa: cuando terminé Julio Wolf tuve síntomas parecidos pero que duraron días, casi media semana o más en total. Nada se asemeja a la facilidad con la que produje ‘Maestros KAIZEN’, el cual escribí en un solo mes – 30 días – más las semanas que me llevaron después escribir los resúmenes al principio de cada capítulo y la guía de estudio al final del mismo. Pero ‘Penuel’ es obra maestra; es el hombre batallando con la divinidad para el ‘ser’ humano mismo, para lograr desenmascarar la divinidad por lo que es: una vil fachada de nuestra propia imaginación que nos evita ver lo sagrado a todo nuestro alrededor. La divinidad, el concepto de la misma, crea una dualidad que conocemos como ‘lo divino versus lo profano’ cuando en realidad todo pertenece a una sola categoría: lo sagrado. Lo divino y lo profano son dos ilusiones de la mente a modo de espejos paralelos que crean en sus reflejos una infinidad de niveles, de planos, de dimensiones, todas alucinaciones ópticas. No hay espejos, todo, efectivamente todo, es sagrado: la muerte, el sexo, la defecación, la basura, la belleza, la violencia, el hambre, la risa, el dolor, el viento, la lluvia, el amor, una cucaracha trepando por la pared de edificio desalojado…

Pero aún no he terminado con el capítulo 2. Tengo que anotar las correcciones de las erratas y tengo que hacer la guía de estudio – eso siempre es tedioso puesto que la guía de estudio es lo que convierte la obra en una disciplina digna de un aprendizaje filosófico, académico. He pensado quizás en que el resto de mi libro de filosofía sea en vez de un texto concreto, una serie de libros independientes a modo de módulos literarios, cada uno consistiendo en una sarta de batallas dialécticas entre personajes dinámicos enfocando en los temas filosóficos de mayor actualidad pero a la vez dando un escaneo a las producciones de las mentes más brillantes de la historia intelectual universal. Cada uno con su guía de estudios correspondiente sirviendo de mapa, brújula y norte para navegar a través de la materia. Difícil, creativo, entretenido para el lector, desafío digno para el autor; cada libro un Himalaya, cada capítulo un Everest… ¡Cada vez suena mejor y mejor la idea!

¿La música, dónde entra en todo esto? Simple: supervivencia. Si no encuentro algo diferente, donde no tenga que producir necesariamente pero que sí me rete, que sirva como un océano infinito donde pueda agotar mis ansias de navegar, el trabajo me va a matar. Suena exagerado, pero es cierto. Hasta de niño caía enfermo de agotamiento jugando al ping-pong y al ajedrez catorce horas diarias – más las que dedicaba para hacer las tareas de matemáticas y de física que me imponía mi padre. Creo que eso de tener una actividad para la relajación lo llaman tener un hobby – pero mis hobbies siempre fueron obsesiones, pasiones desenfrenadas que era lo que precisaba una mente hiperactiva, un cuerpo inagotable y una voluntad al poder insaciable. Pero ahora, ya entrando este año en el otoño de mi vida – la década de mis cincuenta – no tengo más remedio que tomar en cuenta la suma total que será mi legado, y no sería interesante ser recordado como el que autor fanático que murió justo al teclear la última palabra de la última frase de su última novela. Demasiado melodramático incluso para mí.

Volviendo al tema de la música: hay mucho que ganar al completarse como ser humano y aprender a tocar al menos un par de instrumentos. En mi caso serán el teclado, la flauta transversal y la guitarra clásica. Por otra parte, vinculando el estudio de la música con VIPERS, siempre he sentido que hay una relación directa entre el funcionamiento de un sistema y una obra sinfónica. Además, he pensado crear música para acompañar a mis poesías, incluso en crear “MAMBA rap” – rap contra el SISOPEG. ¡Jajajaja! Aprender a desarrollar una nueva esfera humana que se desconoce por completo solamente puede inspirar a nuevos niveles de creatividad que enriquezcan la producción en todas las demás áreas. No me cabe la menor duda de que será un proceso tremendamente enriquecedor. Por ejemplo, la idea de poder cantar y acompañarme a mí mismo con el teclado o con la guitarra me fascina. No más karaoke ni a capella.

Otro proyecto que voy a comenzar va a ser en el área de la danza moderna. El objetivo ahí consiste en crear una serie de movimientos del Kai coordinados con movimientos de baile popular – el “Danza Kai” o “Kai-robics”. Es un proyecto que está planificado desde hace mucho tiempo, de hecho desde cuando primero inventé el Kai a primeros del 2006. ¡Así que este 2013 me verá tocando el teclado y cantando canciones y bailando coreografías con los Kai!

Otras ideas recientes. He llegado a la conclusión de que en el tiempo que me queda la idea de formar un sucesor que me vaya a reemplazar en mi totalidad como Gran Maestro del Ryu es un sueño noble pero utópico. MAMBA es demasiado extenso para que una sola persona domine todas sus facetas y me alcance para reemplazar. Además, no quiero que me reemplacen solamente, quiero que me superen en todo lo posible. Al menos que me clonara y sometiera mi clon a una larga lista de experiencias muchas de ellas sobreviví por puro beneficio del azar, no va a suceder que un solo individuo que comience de adulto por decisión propia me iguale ni mucho menos me supere. ¿Qué hacer entonces? ¡Hay que ser creativos! Hace como veinte años tuve un sueño interesante. Estaba en una ceremonia de MAMBA – en aquél entonces era conocido solamente como “Black MAMBA” – y mis alumnos se disponía a mi alrededor en un semicírculo esperando recibir un discurso que yo iba a darles. Los más cercanos, en varias filas concéntricas, estaban vestidos de azul, de pies a cabeza, y eran conocidos como los “Miembros Nobles”, o sea, la élite de MAMBA. Detrás de ellos estaban los demás que vestían túnicas de negro. El punto a donde quiero llegar es que en cuestiones de pedagogía, tenemos que tener todo un grupo de maestros docentes que impartan el currículo de la instrucción del Instituto KAIZEN Center de MAMBA Ryu, con uno de ellos que se considere “primo entre pares” – primero entre iguales – a modo de director del instituto. Así que MAMBA tendrá una rama pedagógica que se dedique a asegurarse de que las enseñanzas se impartan y avancen, y de que se vayan creando nuevos programas que combinen e integren con la ideología filosofía esencial de MAMBA – algo que dejaré muy claramente establecido en los próximos digamos cinco años. Esto aplicará tanto a los programas intelectuales como a los marciales.

La rama empresarial de MAMBA, la que se dedique a promover los programas y los materiales será algo diferente, a cargo de alguien con competencias y ambiciones empresariales – ganas de fundar un imperio comercial, pero que esté igualmente empapado del espíritu de MAMBA, o sea, docto en la doctrina filosófica de MAMBA, pero no necesariamente un gran maestro de la misma. Ese individuo ya se ha manifiesto y está operando: Sensei Jimmy. En fin, la cuestión de quiénes y cómo se va a resolver mi inevitable inexistencia se va resolviendo. A mí también me toca de momento crear los materiales y capacitar a los “Miembros Nobles” que son mis presentes discípulos, y establecer la “leyenda viva” de mi existencia continuando con las misma actitudes excesivas, fastidiosas, contrarias, controvertidas y excéntricas que he manifiesto toda mi vida: o sea, simplemente seguir siendo yo, lo cual hago con mucho gusto y suma facilidad. 

Todo eso me da una gran tranquilidad. (Ya me veo de sabático cruzando Europa en mochila, trabajando de mimo para pagarme la estancia, haciendo investigación de campo para una gran obra sociológica: ‘La Mirada del Mimo’.) Yo sirvo para lo que sirvo, de visionario, de conquistador de nuevos horizontes en el gran paradigma MAMBA para el ser humano, pero no de colonizador, no de administrador, ni mucho menos de empresario. Ni de político tampoco. Esos son imprescindibles para el futuro de la Orden, sí, pero no es lo mío. Necesitamos de todo una escuadra de jugadores y actores para completar las siguientes fases del crecimiento, sobre todo aquellas que continuarán sin mí: de un frente de maestros, de un grupo de filántropos que financien nuestras causas (como la del orfanato), etc... O sea, hay que crear una organización dinámica que pueda progresar, ajustarse a los cambios políticos, económicos, y sociales del mundo; planificar globalmente pero implementar localmente, y expandir más allá de las limitadas capacidades de su fundador: como los Jesuitas por ejemplo. ¡Me agrada la idea! De algún modo me quita un gran peso de encima.

¿Hoy qué toca para entrenar? Ya es tarde. Entre escribir esta anotación y una cosa y otra que he estado haciendo mientras ya son casi las 10:00. Toca salir a trotar/correr, quizás pegarle a Bob su somanta de guantazos que se merece por arrogante y por feo, luego más tarde musculación. Las cuatro rutinas las colapse en dos, así que el plan ahora va a ser entrenar un día si, otro no, cada día de entrenamiento un día “total” de ejercicio cardiovascular, musculación y estiramiento. ¡Anteayer salté mis 20:00 minutos de cuerda sin parar! Después de seis largos años batallando contra achaques tras achaques empiezo a sentirme de nuevo como un atleta.

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.

viernes, 18 de enero de 2013

ANOTACIÓN 1: Martes, 1 de enero, 2013 11:43 REPORTE MATUTINO



El Diario de un Sennin, Volumen III – 2013: Misma Singularidad, Nuevos Horizontes.


En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: Escritorio en el Salón Principal del Nexo
Estado Anímico: Resuelto, osado.
Estado Físico: Apropiado.
Estado Cognitivo: Lúcido, vidente, enfocado.

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú:  Esta mañana al despertar, mientras reflexionaba si debería comenzar el año saliendo a correr alrededor del parque o saltando la cuerda en mi propio mini-gym, o quizás inaugurar el año dando una vuelta ciclista simbólica a Playas de Tijuana, me puse a revisar otras cosas en el escenario de mi consciente. Este año cumplo 50, y supuse que quizás podría inspirarme y escribir algo grandilocuente al respecto, pero nada, cero; lo único que resuena son las ganas que tengo de levantarme y ponerme a trabajar en algo “productivo” – tengo pendiente el capítulo de filosofía y el dialogo de “Penuel” que ahora se centra en el Libro de Job y en la llegada del personaje de Robert De Niro (como Al Satán).

Así que recostado en la cama, probando la temperatura del cuarto viendo el vaho que me salía por la boca, descartando la idea de montar en bicicleta y conforme la idea de saltar la cuerda en la relativa, muy relativa, comodidad de mi mini-gym iba ganando punto, seguía reflexionando sobre el panorama. Montañas de trabajo por escalar, el 2013 promete, o amenaza, ser un año contundente. Hemos madurado mucho en los 23 años desde que creé Black MAMBA – antes de cumplir los 27 para ganarle a Bruce Lee y su Jeet Kune Do, pero como suele suceder en las largas campañas, todas las ganancias anteriores no sirven de nada si uno no supera los desafíos presentes.

            Sensei Jimmy vino a pasar un par de días, desde el 28 al 30 de diciembre y estuvimos trabajando en ciertos aspectos del mercadeo del Ryu. Le explique a él y a Mayra san la importancia de los escritos que se están publicando en términos de que establece a MAMBA como una tradición viable. Todos queremos formar parte de algo, eso es de naturaleza humana, pero queremos formar parte de algo con tradición. El ninjutsu, por ejemplo, goza de siglos de tradición histórica, así que cuando individuos se afilian a la Bujinkan o a la Genbukan (asociaciones de ninjutsu “clásico”), en realidad están conectando en su imaginación con la histórica y legendaria tradición de los antiguos ninjas. Nosotros en MAMBA somos algo nuevo, así que tenemos que compensar nuestra novedad con una vasta cantidad de material tanto didáctico como inspirador, como literario; es decir, mientras que el budismo ha gozado de dos milenios y medio para crear su vastedad de tradiciones, de escritos, de historia, de linajes de maestros, etc., nosotros no, y por lo tanto tenemos que compensar creando, dentro del contexto de nuestra innovación, nuestra propia vastedad temática, panorámica, y de hondura, y eso requiere un esfuerzo extrahumano – o ‘ultrahumano’. La serie de obras saliendo al mercado comienzan a satisfacer ese requisito, comienzan a establecer las bases sobre las cuales se edificará el Ryu a nivel internacional.

Con esas ideas en mente hoy me levanté decidido a comenzar el año de buen pie. Salté solamente 10 minutos de cuerda para calentar e hice casi 45 minutos de yoga mientras estudiaba un curso audiovisual sobre “Sistemas Complejos”, una gran parte de la base filosófica y científica de VIPERS, y de hecho del Tao de MAMBA mismo. Después hice como 10 minutos de sombra para empezar a soltar las articulaciones en preparación para el desarrollo de Black MAMBA de este año, conforme veía un documental sobre la filosofía tras la trilogía de la “Matrix”. El desgarre en la corva de la pierna izquierda, ocasionado el año pasado durante un entrenamiento leve, aún tira mucho con las patadas frontales pero ha mejorado mucho. Tengo que ponerme en forma para la filmación de los programas de Black MAMBA este año y admito que ese es el incentivo que preciso para desalojarme del escritorio y de la producción de material más transcendental y comenzar a entrenar artes marciales de nuevo.

Todo el tiempo en mi mente circulaba la idea de que sería apropiado escribir algo conmemorando el año nuevo. No es que no me sienta inspirado a ello, sino que estoy abrumado con los proyectos pendientes. Ayer, entre ver peleas de Julio Cesar Chávez y tomar apuntes sobre el Libro de Job de la Biblia se me fue gran parte del día.

Efectivamente 2012 ha concluido, hoy es el primer día de un nuevo periodo de 365 días. ¿Qué hemos visto en el 2012? ¿Cómo categorizarlo? Ayer me pasé demasiado tiempo viendo peleas de Julio Cesar Chávez, queda pendiente que escriba un breve pero apropiado comentario sobre él. Gran campeón de boxeo sin lugar a dudas; de los más grandes, quizás, pero no me inspira en absoluto. ¿Por qué no? ¿Porque no me gusta su estilo? No es eso. Fue efectivo, sin dudas, y se asemeja de alguna forma al de Marvin Hagler que me encanta, pero hay algo ahí que tengo que profundizar más, algo que no he logrado tocar en mi mente consciente, en mi ‘yo’, pero que mi ‘YO’ – mi mente inconsciente, mi makwa – me ha señalado pero que quizás con tantas otras cosas pendientes no he logrado tocar a nivel consciente. Bueno, algo sí sé, es que vi que Chávez era un luchador bastante sucio; estudiar sus peleas como ex-pugilista, como maestro de combate, es casi como ver un catálogo viviente de todas las trampas que uno va aprendiendo del ring de boxeo. ¿Es eso? Quizás, bueno, lo dejaremos para otro momento, volvamos a algo más importante pero lo cierto es que es algo curioso, por una parte reconozco que fue un gran boxeador, por otra parte hay algo que no me agrada de él, bueno, ¡como si el ser tramposo fuese poco! La verdad es que vi que Chávez hacía trampas aun cuando no solamente no le era necesario, sino cuando no le iba a dar beneficio alguno salvo simplemente lastimar a su oponente. Eso es: mala leche como dicen en España. No me gusta como persona. Carecía de nobleza. (Durán también hacía lo mismo pero peor, trataba de buscar la forma de clavar el pulgar en el ojo de su oponente algo que podría dejarle tuerto de por vida.) Bueno, ya lo tengo, luego hablaré de ello, pero ayer y anteayer vi varias peleas suyas completas y me dejaron con un mal sabor de boca – con ciertos ánimos para entrenar quizás, y algunas ideas, pero con un mal sabor de boca. Chávez, sin dudas el boxeador latino más destacado de la historia y sin embargo deja mucho de desear en muchos aspectos de su carácter. Mintió cuando dijo que su esquina no le dejó salir para continuar en su pelea contra De la Hoya: él insistió en no salir porque sabía que iba a ser noqueado de hacerlo. ¿Cómo calificar eso? ¿Sensatez o cobardía? Ahora sé por qué me molesta tanto: por lo que dice de nosotros como cultura. Lo que yo veo como ex-boxeador no es lo que el aficionado ve: ve lo que quiere ver, no lo que hay para ver. En fin…

            2012 entonces. ¡Fue un gran año para el Instituto KAIZEN Center de MAMBA Ryu! El 2012 fue el año de “Team MAMBA”. La publicación de “Mandated Report” a últimos del año, y la preparación de media docena de libros más que saldrán a la venta próximamente denotan una gran victoria de “Team MAMBA”. Muchas personas han colaborado para hacer posible esa gran producción: sin el trabajo artístico de mi alumno Gonzalo Rueda Moreno (Gonzalo-san) y mi “compañero de fugas” Ramón Martin Sanz; sin la colaboración editorial de mi hijo Sensei Jimmy, su madre Inés Fernández, y la mía, María Guerra; sin el trabajo de edición de Sempai Mayra y de Karla Machado Motta (Karo-san); sin el apoyo en las páginas web de Ricardo De León y de Sensei Jimmy, no se hubiera logrado. Esa integración, esa sinergia es una gran victoria por lo que promete para el 2013. Otro gran avance ha sido la preparación e iniciación de Sempai – Uchi-deshi Mayra Ramos Ramírez como la primera maestra oficial de “Maestros KAIZEN” iniciando exitosamente un programa de enseñanza a distancia del mismo programa. Ese tipo de continuidad es lo que se precisa para el crecimiento del Ryu para las generaciones futuras. 

            A finales del 2012, lo que alguien había despreciado como mis “sueños guajiros” comenzaron a tomar forma, a mostrarse como reales, materiales y no utopías mías. Es curioso cómo la gente ha reaccionado a un solo libro publicado, de pronto tomándome a mí y mi proyecto en serio. Pero eso fue el 2012; ahora estamos en el 2013 cuando cumplo 50; en comparación al 2012 verán que todavía no habían visto nada. ¡Este año nos alzamos!

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.




ANOTACIÓN 2: Viernes, 18 de enero, 2013 9:26 REPORTE MATUTINO



El Diario de un Sennin, Volumen III – 2013: Misma Singularidad, Nuevos Horizontes.

ANOTACIÓN 2: Viernes, 18 de enero, 2013  9:26
REPORTE MATUTINO


En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: Salón Principal del Nexo.
Estado Anímico: Favorable.
Estado Físico: Ligeramente fatigado, soñoliento.
Estado Cognitivo: Lúcido, vidente, enfocado.

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: Comenzamos el día hace horas ya. Hay mucho que reportar. He estado súper atrasado tanto en la Bitácora de Shodai como en el Diario de un Sennin. Ya es hora de volver a entrar en ritmo de reportar para los alumnos, para la posteridad. OK, ya me muevo de lugar a mi sillón grande situado en la antesala del Instituto. Me duele la espalda baja en el costado derecho, pero va mejorando. Es una molestia que llevo arrastrando desde quien sabe cuándo. Suele manifestarse cuando hago ejercicios de pierna prolongados como montar en bicicleta mucho tiempo, andar una distancia larga, etc. Ayer logré saltar la cuerda 16 minutos, hace unos meses me moría a los 4, y para mi cumpleaños estaré a los 30 – tal y como hacía en mi adolescencia. Voy agregando un minuto de duración a cada sesión y procuro ahora hacer dos a la semana. En lo que queda de mes debería llegar a los 20 minutos los cual ya es una hazaña a mi edad. Hay una categoría de boxeo amateur para hombres mayores de 40, y en esa categoría los asaltos son de un minuto de duración en vez de tres ya que a esa edad un minuto de esfuerzo equivale a tres para un hombre joven. Eso dicen. No lo he investigado personalmente.

Hoy di mi primera clase matutina de Black MAMBA en mucho, mucho tiempo. Es un evento para mí ya que supone una victoria contra una discapacidad física contra un enemigo contra el que batallo a diario y no me da cuartel. Lo tomo como un entrenamiento de por sí, ‘shugyo’ (para aquel que quiera molestarse en investigar el significado), y ciertamente ‘en la escuela de guerra de la vida lo que no nos mata’ – si lo vencemos, si lo superamos – ‘nos hace más fuertes’ (Nietzsche). Tuve un mini-entrenamiento personal antes. Primero salí a dar cinco vueltas al parque al trote lento para calentar los músculos de las piernas. Desde la quimioterapia de hace ya cinco años no he recuperado la elasticidad en las corvas, me pregunto a veces si es algo permanente, ¿o será coincidente con la vejez? Después del calentamiento vino el entrenamiento. Estoy haciendo entrenamiento de intervalos según el cual doy una o más vueltas a un trote rápido seguido de un intervalo de descanso caminando lentamente una vuelta completa. Hoy hice solamente 3 intervalos de una vuelta rápida cada una. No me atrevería a llamarlas sprints porque sería un insulto: en mi día corría los 400 metros lisos en 50 segundos. ¡Eso era un sprint! Poco a poco añadiré vueltas iniciales durante el calentamiento, hasta llegar a 10 en total, y sobre todo aumentaré el trabajo de intervalos.

Después del parque me puse los guantes de boxeo, creo que de 16 onzas de peso, y lo tomé con Bob. (Bob es un costal en forma de muñeco especialmente diseñado para el entrenamiento de golpes y patadas.) La sesión consistió en intervalos cortos de combinaciones libres de puñetazos y codazos de máxima intensidad. Por ahora evito patadas y rodillazos, no quiero lesionarme las piernas de nuevo. Los intervalos no estuvieron medidos, solamente hasta el agotamiento; igualmente los intervalos de recuperación fueron lo necesarios para reanudar el siguiente intervalo de entrenamiento. Hice varios intervalos de entrenamiento, perdí la cuenta, quizás 10. Llegando mi alumno comenzó la clase.

La clase de Black MAMBA se centró en poner al alumno al día en cuanto al nuevo programa de enseñanza de encadenamientos de defensas-contraataques. Es un sistema sobre el cual estuve experimentando durante los orígenes mismos de Black MAMBA en los noventas, y al que finalmente vamos a profundizar ahora. Se trata ahora de una incorporación a la fluidez del ataque-defensa-contraataque que surge del Kai-jutsu (arma tradicional de Black MAMBA) y que incorpora técnicas de la esgrima europea y filipina y del wing-chun. Vamos a enfocar en un micro-sistema de ataque-defensa-contraataque contra cuatro posibles ataques de mano: (1) el jab, (2) el doble-jab, (3) el cruzado, y (4) el gancho en cualquier combinación y de cualquier lado. (Después incorporaremos más técnicas ofensivas (pasando así de un micro-sistema, a un mini-sistema y luego a un sistema completo): el uppercut o gancho vertical, el corte de sable, el látigo vertical, el látigo horizontal, el cruzado descendiente, el golpe de martillo, el codo descendiente, etc., etc., con el fin de crear un sistema completo de defensa-contraataque contra cualquier combinación de ataques de mano o de codo imaginables.

Contra esos cuatro ataques seleccionados tenemos las siguientes técnicas defensivas: (1) el ‘slap-parry’ vertical; (2) el ‘slap-parry’ horizontal; (3) el ‘chop-parry’; (4) el ‘chop-bloqueo’; (5) el ‘hook-parry’; (6) el ‘wing-parry’; y (7) el ‘hook-parry’. Esas siete técnicas defensivas cada a) una permiten un contraataque simultáneo efectuado con la mano contraria, y (b) se prestan a un encadenamiento continuo de movimientos defensivos creando la oportunidad para ese contraataque repentino. Las técnicas de contraataque pertenecientes a ese micro-sistema son: (1) el jab, (2) el cruzado, (3) el látigo horizontal, (4) y el látigo vertical. (Todo este micro-sistema se compagina 100% con las técnicas de nuestro sistema de armas, el Kai-jutsu.) Por ahora estamos entrenando solamente 3 encadenamientos básicos pero pronto añadiré más y más hasta crear una fluidez íntegra, ejemplar e intuitiva en los movimientos de defensa-contraataque. De ahí el siguiente paso será añadir el flujo a luxaciones contundentes, defensa contra agarres, contra armas, etc… toda una dirección de desarrollo innovadora.

Bien, pues ahí está lo de Black MAMBA. Anoche tuvimos un seminario excelente de Formación del Mundo Actual (FMA). Continuamos con nuestro estudio de la saga de “Roots” (Raíces), la historia de la familia del autor afroamericano Alex Haley, que trazó su árbol genealógico comenzando desde la captura de un ancestro africano, Kunta Kinte, hecho esclavo a finales del siglo XVIII. La saga cubre una época histórica que comienza prácticamente desde la fundación de los EE.UU. como ex-colonia británica hasta la época casi actual de finales de los años sesenta. A través del transcurso de las varias generaciones de la familia de Kunta Kinte vemos traspasar la guerra civil americana, la liberación de los esclavos por el presidente Lincoln, el nacimiento y apogeo del Ku Klux Klan, la primera y la segunda guerras mundiales, la segregación y la batalla por los derechos civiles. Vemos, a través de los episodios familiares el levantamiento de un pueblo desde la esclavitud hasta su liberación. En sí vemos el desarrollo de tres historias simultaneas: 1) la de los descendientes de Kunta Kinte; 2) la del alzamiento del pueblo afroamericano desde la esclavitud hasta la libertad; y 3) presenciamos el desarrollo de la nación americana misma: tres historias en una.

Es tremendamente importante, como resalté anoche durante el seminario, apreciar el fundamental papel inspirador que desempeñaron los héroes intelectuales-culturales del pueblo afroamericano, papel que queda resaltado a lo largo de la serie. Individuos como Frederick Douglass, Booker T. Washington, y WEB DuBois, supusieron una inspiración constante a la vez que contribuyeron a crear un sentido de obligación, de deber, y de consciencia social para elementos selectos del pueblo afroamericano para impulsarles a superar su condición impuesta por ley y sociedad, y alzarse como seres humanos excelentes, superiores, extraordinarios – y por lo tanto libres.  La semana que viene comenzaremos el seminario de FMA discutiendo dos de estos personajes y su aportación a la cultura afroamericana y al movimiento de liberación y de superación que llevó a un pueblo desde las cadenas, mercancía de pertenencia del hombre blanco, a la presidencia de la Casa Blanca, construida en parte por esclavos negros.  

Aprendemos con este programa a identificar cuáles fueron los principios y valores que inspiraron a los afroamericanos en su camino desde la deshumanización de la esclavitud, hasta destacarse a nivel mundial en todas las categorías humanas imaginables. Una vez identificados los principios y valores dominantes entre aquellos miembros del pueblo afroamericano que superaron su condición de esclavitud y de discriminación racial y que demostraron estos principios y valores a lo largo de un proceso de superación generacional, podemos apreciar los efectos de su ausencia en la Hispanidad misma, y podemos entender el por qué se mantiene un estatus quo en cuanto al estancamiento socioeconómico característico de los países de habla hispana a lo largo de los últimos cuatro siglos. Comparativamente hablando, podemos afirmar que la cultura hispana se caracteriza por una inversión radical en cuanto a la valoración de aquellos principios y valores que conlleva a la excelencia y a la superación (tal y como se demostraron en la cultura afroamericana en los últimos siglos). Esta inversión de valores ha ocasionado el estado de mediocridad patente en el mundo Hispano durante los últimos cinco siglos. Es decir, existe una escala de principios y valores propios de la excelencia y propicios, indispensables para la superación y la grandeza, escala que brilla por su ausencia en la cultura hispana. De hecho, lo que domina en la cultura hispana es precisamente una inversión de esa escala, o sea, los valores requisitos para la superación y la grandeza son socavados culturalmente: el latino típico rechaza la competitividad; rechaza la autodisciplina; rechaza la búsqueda de la superioridad personal porque rechaza el concepto de la meritocracia insistiendo en que “todos somos iguales”; rehúsa la toma de responsabilidad personal por su situación – culpando siempre factores externos como la colonización, el gobierno, los americanos, etc.; rechaza la disciplina y sobre todo la autodisciplina (el famoso “soy como soy” y el “a mí no me manda nadie”); desdeña la jerarquía, la cual es indispensable para cualquier operación organizacional eficiente y eficaz: militar, empresarial, eclesiástica, política, académica, etc. (¡y luego se queja de que sus instituciones sean disfuncionales!); aborrece el estudio académico, destacándose la cultura por un culto a la diversión y al ocio libertino y no a la aplicación o al emprendimiento personal.

En el contraste entre aquellos principios y valores que fueron lo suficientemente presentes en la cultura afroamericana para impulsar el camino desde la esclavitud hasta las evidentes muestras de grandeza que han maravillado al mundo entero en todos los campos y disciplinas imaginables, vemos la tremenda ausencia proporcional de la misma en la cultura hispana – sobre todo si tenemos en cuenta la disparidad numérica: por cada afroamericano en existencia presente hay como mínimo 15 hispanos.  En general, la Hispanidad, con su característica inversión de valores propicios para la excelencia ha fallado de una forma indiscutible e injustificable en crear individuos ejemplares para inspirar a las masas a superarse. Pero aquí cabe tener en cuenta el adagio de la gallina y el huevo. No pueden surgir héroes en una cultura que desprecia la esencia de la heroicidad, ya que lo esencial de la heroicidad es precisamente la superioridad. Lo siguiente que falta para la heroicidad latina es un concepto de consciencia social, ya que la heroicidad surge de la superioridad aplicada en sacrificio propio para la comunidad: difícilmente te vas a sacrificar para una comunidad que te tacha de ‘soberbio’ o ‘arrogante’. El resultado históricamente hablando, y demostrado en la actualidad, es que la hispanidad, desde los Pirineos hasta Gibraltar y desde la “línea” con los EE.UU. hasta Tierra del Fuego se ha da a conocer por sobresalir o en términos de su mediocridad o en términos de su corrupción y criminalidad.

¿Queremos heroicidad en nuestra sociedad? Empecemos por valorar a los héroes, empecemos por valorar la competitividad y el juego limpio, empecemos por valorar la superioridad lograda a través del esfuerzo, empecemos a valorar el conocimiento adquirido mediante el estudio, empecemos por exigir la disciplina, la superación, la excelencia de nuestros hijos. ¡Ah sí! Y dos cosas más: 1) Dejemos de buscar EXCUSAS de por qué otros (los americanos, los japoneses, los coreanos, los ingleses, los franceses, los alemanes, etc.) son superiores a nosotros, y 2) dejémonos de sentirnos MENOS inferiores buscando defectos en los demás. Ninguna de estas costumbres, tan poco heroicas y en las que nos destacamos tantísimo los latinos, cambian nuestra realidad, solamente nos empobrecen y desmotivan a la hora de sentirnos obligados – heroicamente – a cambiarla. Ya me cansé. Hora de seguir con mi día. Toca continuar con mi estudio de algoritmos para el libro de computación que estoy escribiendo con Sensei Jimmy, y después toca trabajo de musculación, y seminario de ‘La Sombra’ con el estudio detallado del filme “Star Wars III”.

¡Un día completo contra el Minotauro!

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.