El Diario de un Sennin, Volumen III – 2013: Misma Singularidad, Nuevos Horizontes.
ANOTACIÓN 6: Sábado, 27 de abril,
2013 11:05
REPORTE MENSUAL
En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí
surgió el Sennin, el “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega,
el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión.
Ubicación: Recamara personal
Estado
Anímico: Inspirado.
Estado
Físico: Cansado,
en recuperación.
Estado
Cognitivo: Lúcido.
El Ojo del
Águila, el Espíritu del Carcayú: Estoy
experimentando las secuelas de un par de noches difíciles y cortas pero sobre
todo de haber terminado “Penuel: El Rostro Descubierto de Dios y el Significado
de la Vida”. Siempre que termino un libro el efecto es parecido: un gran
cansancio, agotamiento más bien; una desorientación al tiempo y al espacio; un
bamboleo mental, cognitivo de acuerdo al cuál al acabar una gran aventura, y
antes de alistarse por otra, experimenta un periodo de aturdimiento: tanto
esfuerzo se completa, pero el momento, la inercia interior que doy origen a la
realización queda patente en el organismo. Es como empujar contra una carga
pesada que de pronto cede, dejando a uno por unos instantes pendientes de
recuperar el equilibrio. Escribí esto en mi muro de Facebook hoy, como parte
del proceso de mi reorientación:
Ahora tengo pendiente el capítulo de Introducción a
uno de mis nuevos libros titulado "El Tao de Sistemas Complejos", que
trata de la ciencia de los sistemas complejos. Quiero ir completando mi obra
estableciendo que no solamente manejo las humanidades - filosofía, historia,
poesía, etc. - sino que también las ciencias ya que antes de ser poeta fui
matemático, y físico, y neurocientífico. En última estancia, MAMBA es una
ciencia, una nueva ciencia del SER del ser humano y por lo tanto profundiza de
forma metódica, racional, meticulosa - científica! - en todos los aspectos del homo
sapiens sapiens, hasta en el espiritual. Las próximas dos o tres semanas
estarán dedicadas a la matemática de la teoría de nudos, a sistemas complejos,
a ecuaciones diferenciales, a la ciencia del caos, y a la programación en
MATLAB y C++, antes de sumergirme de nuevo a completar la nueva obra
literaria/política que es el comentario sobre el Príncipe de Maquiavelo,
iniciando así una nueva serie de libros de las enseñanzas de MAMBA titulada
"Los Comentarios Secretos del Comandante Wolf". Esta serie se dedicará
a comentarios personales sobre libros de carácter político como "El
Contrato Social" de Rousseau, "El Manifiesto Comunista" de Carlos
Marx, "La Guerra de Guerrillas" de Mao Tse Dung, "La
Autobiografía de Malcolm X", etc. Clásicos que forjaron el pensamiento
social y político del mundo actual - libros para FMA (Formación del Mundo
Actual) y FITA (Frente de Inteligencia, Temas de Actualidad). Quizás me
consienta y escriba a mi Diario de un Sennin hoy. ¡Los próximos años de
producción mostraran al mundo lo que es un verdadero Sennin - y lo que
representa! ¡Saludos!
“La
Saga del Tao del Sennin”, título apropiado para una colección literaria en el
género del dialogo filosófico con el cual tanto he experimentado. En esta
colección se estudiaran en detalle los más grandes pensadores y tradiciones
filosóficas y religiosas del planeta de los últimos 2,500 años. Metódicamente,
y a través de diálogos entretenidos, exploraremos las principales controversias
filosóficas y religiosas de la historia, como el significado de la vida, la
naturaleza del mal, el origen del sufrimiento, la naturaleza de la realidad, la
existencia de Dios, etc., etc. Quien lea en detalle la colección entera, que
tendrá más de doce volúmenes, habrá estado expuesto no solamente a los
argumentos esenciales de las principales ideas filosóficas y religiosas del
mundo, sino a sus fallas, a sus inconsistencias, a sus incoherencias, y de
igual o mayor importancia para un estudiante o discípulo de MAMBA, a las
enseñanzas del Ryu con respecto a todos esos temas y todas esas demás ideas
filosóficas y religiosas. Un verdadero tesoro para la continuidad del Ryu,
parte de nuestro ‘dharma’.
Otra
colección que inicia este mismo mes, bueno, el siguiente, será la de “Los
Comentarios Secretos del Comandante Wolf”. ¡Tremenda! Esta serie completará la
serie anterior pero en el campo las ciencias sociales y políticas. Comenzando
con “El Príncipe” de Maquiavelo, comentaré las obras sociopolíticas más
destacadas y más influyentes en la ideología MAMBA y en la formación del mundo
actual. Tengo una lista bastante larga que seguramente superará la veintena,
pero lo que no cabe duda es que quien adentre en ellas se armará de un
conocimiento de las causas y efectos que mueven y han dado forma al mundo
moderno muy superior a cualquier graduado de ciencias políticas de la mejor
universidad del planeta. La colección servirá como otra base de instrucción indispensable
para los alumnos y discípulos del Ryu al igual que para cualquiera que desee
obtener un conocimiento del tablero del mundo y de las reglas del juego.
Estoy
cansado pero nunca he podido dejar de hacer. Es parte de la condición de
hiperactividad que me acompaña desde mi infancia. Soy como un tiburón que tiene
que seguir moviéndose para no perecer. Mi sistema nervioso central está
genéticamente calibrado para la actividad acelerada y gran parte de mi
disciplina personal mental ha consistido en aprender a manejar, a encauzar toda
esa energía que para la inmensa mayoría que lo padecen supone una sentencia de
miseria personal y fracaso profesional. No escogemos nuestra genética. Hay
hombres destinados genéticamente a ser cortos de estatura y escasos de peso, un
verdadero tormento para nuestro género masculino donde la importancia de
imponerse físicamente es un reconocido como atributo natural de la especie.
Algunos encuentran que esa desventaja supone una gran ventaja en la carrera
ecuestre, como jinetes. Otros sobresalen tanto en estatura que se encuentran
constantemente incomodados al tener que agacharse para conversar, al encogerse
de piernas para sentarse, y al dar vueltas incesantes para encontrar ropa de su
talla. Muchos deciden aplicarse al baloncesto donde destacan y donde en vez de
verse como fenómenos, como un ‘freaks’, se convierten en acróbatas del balón.
Yo nací predestinado a ser un torbellino de acción y como los tiburones o me
muevo o me muero, y a lo largo de mi vida, y sobre todo durante mi periodo de
enfermedad, convalecencia y discapacidad, he tenido que aprender a poner no
frenos, sino volante a ese mecanismo neuronal y seguramente hormonal. Lo cual
me da una idea para otro libro, uno que hable del desorden de trastorno por
déficit de atención con hiperactividad (TDAH) como ese síndrome conductual
contra el cual batallé y prevalecí. El DSM-IV lo describe muy bien:
“Se trata de un
trastorno del comportamiento caracterizado por distracción moderada a grave,
períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y
conductas impulsivas. Tiene una respuesta muy alta al tratamiento, aunque se
acompaña de altas tasas de comorbilidad psiquiátrica. Según el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV): «Habitualmente,
los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo
mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos (p. ej.,
escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos,
o trabajar en tareas monótonas o repetitivas)». Este «trastorno» se identificó
primero en la edad infantil. Sin embargo, a medida que mejor se comprendía, se
fue reconociendo su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta hasta
después de la adolescencia (es difícil modificar comportamientos que ya están
tan arraigados si antes no ha habido pautas correctoras de crianza). Los
estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado que entre el 60 % y el 75
% de los niños con TDAH continúa presentando los síntomas hasta su adultez.” (http://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno_por_d%C3%A9ficit_de_atenci%C3%B3n_con_hiperactividad).
Como narro en dos de mis novelas
autobiográficas, “La Bitácora del Capitán Wolf” y “El Tao de Julio Wolf”, me
diagnosticaron de muy, muy niño, bebé prácticamente, porque muchas veces me
despertaba por las noches con ganas de correr y correr alrededor del salón. Fue
así como a mis 10 meses tropecé y me partí la ceja contra el borde de una mesa
de mármol. Para alguien, para el cual estar sentado en una clase era una
tortura, el haber conseguido casi media docena de títulos universitarios es
toda una hazaña, sobre todo teniendo en cuenta la altísima incidencia de
alcoholismo, de drogadicción y de problemas asociados con la ansiedad y la depresión
prevalentes entre aquellos con el trastorno. Sin lugar a dudas, y como muchos
de mis colegas en las profesiones clínicas-mentales (psicólogos, psiquiatras,
neurólogos, etc.) me han señalado, de no haber sido por las artes marciales y
por las disciplinas asociadas de la meditación y la auto-hipnosis, jamás lo
hubiera logrado. También no cabe la menor duda de que a pesar de esa
preparación ha sido un estrago para mí lograr el nivel de serenidad que he
conseguido contando con un sistema físico-mental genéticamente diseñado para la
actividad y la conmoción constante. Por lo tanto, concretar un proyecto,
finalizar una meta, cumplir una misión que requiera de entrega a mediano o
largo plazo es quizás el logro más importante – y el menos reconocido – del
cual pudiera presumir. En fin. Ahora se abre delante de mí un cuenco humano
vacío de conocimiento, desprovisto de entendimiento y ausente de sabiduría que
tengo que rellenar con mis enseñanzas, empresa para la cual mi desorden de
hiperactividad, bajo control de la maestría mental, se convierte en una
herramienta dispensable sin la cual no tendría esperanza alguna de lograr mi
propósito. ¿Ironía? No. Cuestión de diseño de vida. Si naciste caballo mejor que corras; si
naciste ave, ¡a volar se ha dicho!; si naciste para conquistar, para los
grandes desafíos como sin dudas lo fueron Alejandro y Da Vinci, será mejor que
vayas ideándote misiones que estén a la altura de tu programación biológica – o
si no te espera una vida de miserables derrotas en vez de gloriosas conquistas.
Ya
perdí la paciencia para esto. Me voy a entregar a una de mis misiones
pendientes. ¡SEMPER MAMBA!
El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.