sábado, 29 de septiembre de 2012

Sábado, 29 de septiembre, 2012 REPORTE INICIADO A LA 7:14 AM




Sábado, 29 de septiembre, 2012
REPORTE  INICIADO A LA 7:14 AM

En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión. 

Ubicación: SALÓN PRINCIPAL DEL PLEXO
Estado Anímico: TRISTE, EMPEÑADO 
Estado Físico: EXTRAÑAMENTE ENERGÉTICO
Estado Cognitivo: INTROSPECTIVO, PERSPICAZ, 

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: Lo que está sucediendo en España me llena de indignación, pero lo que ha sucede, y sucederá en México con las reformas de las leyes laborales me infunde una tremenda tristeza que me cuesta explicar y transmitir. Hoy, esta mañana, frente al púlpito de mi teclado es de las pocas veces que la emoción me priva del don de la palabra. Es precisamente la consciencia la que me mueve y me conmueve en estos momentos, una conciencia que surge de gran empatía por la condición humana y de un profundo conocimiento – un profundo conocimiento en cuanto a la historia de estas gentes, un profundo conocimiento en cuanto a la perspectiva panorámica y perspicaz de su realidad actual, y un profundo conocimiento en cuanto a su trágico futuro. En estos momentos me acuerdo de las palabras de Ernesto “Che” Guevara cuando afirmó que "El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor".

Puedo, debo, tengo que, voy a tragarme este nudo en la garganta y adoptar un estado estoico, intelectual, clínico, frío, imprescindible para que el general que, en cumplimiento de su deber y ante la gran batalla, le permite el emplazamiento de miles de hombres con el fin de un objetivo imprescindible sabiendo a ciencia cierta que envía a innumerables miembros de sus tropas a una muerte segura. Ese estado imperturbable, estratégico es necesario para lograr el propósito; sin él uno se paralizaría ante la enorme tragedia humana que se dispone a desplegarse. Hasta el mismo Gandhi sabía muy bien que para lograr la victoria contra la Corona Británica había que sacrificar a miles de vidas Hindúes durante sus campañas de “resistencia pasiva” y “desobediencia civil”.

Con esta reforma laboral que se inicia en México, y con los movimientos de “austeridad social” impuestas al pueblo portugués y español, se promete una ola de cambio socioeconómico que deshacer los avances sociales y laborales ganados a sangre, sudor y lágrimas en el último siglo. Millones de personas, de niños, sufrirán privaciones e indignaciones innecesarias e inimaginables mientras que sus propios políticos siguen mercadeando con la miseria de su pueblo, como viles negreros y chulos despreciables, por unas ganancias clandestinas en favor de intereses privados multinacionales. Pronto en México, preveo, la jugada triunfal de estas reformas laborales anticipadoras se revelará con la llegada de nuevas industrias y empresas transnacionales que se aprovecharán de las mismas y que irán acompañadas, de eso podemos estar seguros, de ilícitas comisiones y contratos clandestinos en favor de los políticos que la promovieron. Y la Iglesia Católica, instrumento fundamental de la colonización espiritual-mental de desde México hasta Tierra del Fuego, reanudará su mismo papel histórico mediante un nuevo empeño con su socio tradicional – el gobierno totalitario – para asegurar la anestesia intelectual del pueblo esclavo – lo de siempre: la Terna Negrera.

El pueblo Iberoamericano es un “Pueblo de Nadie” porque nadie lo ha adoptado; es una “Tierra Perdida” porque está compuesta por los retazos, deshechos y despechados, de los indígenas desposeídos, de los españoles y portugueses desterrados, y de los desarraigados esclavos africanos, todos juntos y revueltos formando un trágico edredón de dolor y de miseria, de ignorancia y de falsas esperanzas que busca un vano consuelo en sus creencias e ilusiones obscurantistas; es un pueblo explotado por la religión que les vende caros esas falsas ilusiones por las que pierden sus almas; es un pueblo explotado por sus propios políticos que vende baratos sus cuerpos y derrocha la poca dignidad que les queda al final del día; es un Pueblo condenado una historia que se repite en su presente y que promete, si la religión, el gobierno, y las transnacionales logran sus objetivos, repetirse en perpetuidad. Es un pueblo necio, eso sí, tan necio como la mula que resiste el esfuerzo de guiarle del corral en llamas pero solamente porque ha aprendido a temer más la falsa promesa de lo que no ve que el dolor que siente; parco de sueños, es un Pueblo que ha aprendido a no encontrar esperanza en esta vida. Es un pueblo parco desagradecido como el perro que gruñe y muerde la mano que le arrulla, pero solamente porque ha sido tan abusado, engañado y defraudado que encarado con el gesto afectivo de la diestra espera atento a esquivar la traición siniestra - muerde por reflejo condicionado.

Iberoamérica, pisoteada desde sus inicios, criada desde la explotación, engendrada desde la degradación, es un Pueblo donde “caminan arrastrados” y se donde se “paran acostados” porque sus gentes nunca han tenido las oportunidades, los incentivos, o los alientos para ponerse de pie, puesto que, sin mapa, sin norte y sin brújula, nunca ha tenido ocasión de encontrarse a si mismo – salvo a través de la inhumanidad de la explotación de cuerpo, mente y espíritu. Es la “promiscuidad” de la prostituta abusada de niña, vendida de adolescente, y alquilada de adulta.

La falta de indignación del iberoamericano ante su falta de indignación de su propio estado de corrupción, de auto-alienación, de deshumanización, de embrutecimiento, de tercermundismo es evidencia clara de esta corrupción, de esta auto-alienación, de esta deshumanización, de este embrutecimiento, de este tercermundismo que impregna hasta los aspectos más recónditos de su cultivada condición de incultura: el resultado perfecto de un perpetuo programa maestro colonizador de cuerpo, mente y espíritu. No puedo sino maravillarme, a modo de horripilante asombro, ante la perfecta ejecución de una estrategia tan vasta, tan completa, y a la vez tan insidiosamente malévola que la barbarie de Hitler parece insignificante en comparación tanto por su brutal falta de sutileza como por el relativamente pequeño alcance de su monstruosidad. En Iberoamérica el holocausto no es cosa de años, sino de siglos, y sus víctimas se han programado para a diario solitos crear y ocupar sus propias cámaras de gas.

Esta no será una guerra librada en campo de batalla material, sino en las mentes y corazones de un ejército libertador; esta guerra no será librada en absurdas y fútiles demostraciones públicas donde cuerpos vulnerables se exponen inútilmente a la insensible brutalidad de la madera y del metal, sino en el frente diario del “cara a cara”, y del “boca en boca”; esta guerra no llevará a cabo en las corruptas sesiones políticas o en las inhóspitas salas de la injusticia conocidas como “tribunales”, sino en los salones de las casas y en los pantallas, antes vehículos de estupefacción, ya convertidas en mecanismos de liberación mental; esta guerra no se ganará en las urnas en cuyos contenidos yacen resultados vanos de esperanza y vacíos de prosperidad, sino en la reprogramación de las masas culturadas durante siglos a una mentalidad de mansa servidumbre y despreciable ignorancia.

Reitero, para aquellos avispados para recibir el mensaje, la transmisión efectuada hace ya casi dos años, el 17 de diciembre del 2010, en la forma de una “Carta abierta al pueblo mexicano”,

Carta Abierta al Pueblo Mexicano,

        De entre vosotros, ahora mismo en estos meros instantes, por toda la República distribuidos, están formándose hombres y mujeres, niños y niñas, abuelos, hijos y nietos de vuestra sangre y naturales de vuestra geografía, que estarán dotados de la perspectiva de la Gran Visión, equiparados con las herramientas del Gran Proceso, e inspirados en el Gran Entendimiento. Estos individuos forman y seguirán formando, un huracán de cambio y mejora continúa que derrumbará cualquier influencia corruptora – física o mental, real o imaginaria – que impida que vuestra nobleza, lo mejor de vuestros pueblos constituyentes, resplandezca. Y con el fulgor resultante quedará iluminado ese firmamento de esperanzas, de fe, y dé posibilidades que es vuestro destino México, y ya no más el menor y peor común denominador que tanto se ha mostrado a lo largo vuestra historia.

        El día, la hora, el minuto, el instante está marcado en que las palabras del héroe de vuestra pasada revolución, Emiliano Zapata, “más vale morir de pie que vivir de rodillas,” no suponga una sentencia de muerte segura a todos aquellos que traten de vivir de acuerdo a ellas.

        El día, la hora, el minuto, el instante está marcado en el que los tremendos recursos naturales, y humanos de vuestra gran nación esté al servicio de ella misma y no de depredadores extranjeros ni de parásitos nacionales desprovistos del mínimo concepto del patriotismo o del amor al prójimo.  

        El día, la hora, el minuto, el instante está marcado en el que la desesperación impuesta por la miseria económica y por la pobreza de perspectiva, originadas ambas en la falta de educación, en la abundancia de superstición, en la carencia de entendimiento propio, habrá llegado a su fin.

        El día, la hora, el minuto, el instante está marcado en el que las palabras de Octavio Paz, “la indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida,” sean testimonio de una vida pasada desterrada como una pesadilla al despertar.

        El día, la hora, el minuto, el instante está marcado en el que mentes brillantes y voluntades férreas que hoy, por viles circunstancias diseñadas a medida de intereses creados, se ven forzados a los caminos de la ilegalidad y a los parajes de lo antisocial, serán los guerreros-filósofos-poetas que forjen un nuevo México, una nueva nación, donde florezcan escritores y poetas, arquitectos e ingenieros, médicos y científicos, bailarinas y atletas – todos ellos nuevos héroes y heroínas.

        La real y auténtica Revolución Mexicana, sin balas y sin sangre, con palabras y entendimiento está en movimiento; una verdadera y fidedigna Independencia está en circulación. Y aquella mula necia, ignorante, bruta, desafiante, explotada y explotable del ayer, se levantará transformada en un hermoso y libre alazán; y el gato callejero mugriento y desnutrido que ronda basureros y frecuenta escombros, surgirá de las sombras transmutado en jaguar, su selva listo para tomar. Y el águila del poder y la serpiente de la sabiduría lucirán no en pose antagónica y enlace mortal, sino como complementos y aliados en la nueva bandera del nopal.

        El día, la hora, el minuto, el instante, y el cómo, cuando, y dónde – ese es mi gran secreto, y para vosotros, un tremendo misterio.

Pero no antes de que llegue lo peor.

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario