En el principio érase el nin, “espíritu bajo
disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el “maestro-sabio del nin,”
el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión.
Ubicación: RECAMARA PRIVADA DEL PLEXO
Estado
Anímico: Sereno
Estado
Físico: Dolorido
Estado
Cognitivo: Introspectivo
El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: Alistándome para el viaje
más grande de mi vida: el viaje a redefinir la realidad exterior tal y como se
conoce. Con el proyecto “La Psicología de la Imaginación: Del Chamanismo al
Quijote” – ¡qué tremendo libro será ese! - batallé con reorganizar el concepto
del ser humano mismo al emprender la batalla colosal con el entendimiento de 1)
qué es la imaginación y 2) cuál es el papel, la función, que desempeña en
nuestra existencia. Lo logré, salí triunfante pero no sin casi enloquecer de
manejar tantas disciplinas dispares y encontrar la relación que las vinculaba,
creando así una disciplina, que por falta de mejor nombre le puse la
“Psicología de la Imaginación: del Chamanismo al Don Quijote” (véase la
anotación correspondiente en la Bitácora de Shodai - el libro correspondiente,
cuando lo escriba, llevará al lector a través del más maravilloso e insólito viaje
de lo que significa ser humano y con su lectura cambiará de una vez y para
siempre su idea de sí mismo y de nuestra especie… ). Fue un viaje tremendo para
replantear, para reconcebir nuestra realidad interior, nuestro concepto de lo
que significa ‘ser’ humano y del ‘ser humano’. (¡Ahora que lo escribo, me doy
cuenta de que fue un aprendizaje crítico que se culminó en mi Gran Entendimiento, es decir, en mi
transformación posterior de “oruga a mariposa”!)
“Del Chamanismo al Don Quijote” de desarrolló en la
primavera del 2005 para un diplomado que había prometido a mi amigo el Profesor
Hermes Millán, entonces coordinador de la Universidad de Tijuana (CUT), después
de dar un seminario-taller denominado “La Imaginación y la Condición
Existencial Humana”, que a su vez surgió como resultado de un curso que ideé y
que impartí en la universidad estatal de San Diego (San Diego State University) sobre la Psicología
de la Religión. Uno de mis alumnos en ese curso, Adrian Ávila, primo hermano
del ex-presidente municipal de Tijuana Jorge Ramos, impresionado por el
material que estaba impartiendo, me preguntó que si me interesaría dar un
seminario en Tijuana. Lo vi como la gran oportunidad que estaba esperando
durante muchos años de abrirme un portal hacia Latinoamérica, y así fue…
Su creación representó para mí la culminación de gran parte
de mi conocimiento académico, clínico, y práctico sobre la mente humana y el
esfuerzo cognitivo de desarrollar tal programa me agotaría. Tuve que recurrir a
un método rudimentario para organizar toda la información: formular pilas de
los libros relacionados y organizarlos los temas correspondientes con notas
escritas en fichas de esas de biblioteca antigua. No había otra. Tratando de
llevarlo todo en mi mente y manejar la complejidad casi perdí el juicio. En la
actividad creador la mente-cerebro es como cualquier material elástico que se
estira para abarcar nuevas áreas de creatividad que no quedan cubiertas por la
perspectiva vigente; pero estíralo demasiado y tu contacto con lo real, con lo
vigente, se pierde y acabas a la deriva en un océano creado por ti mismo. Efectivamente, “el loco crea para sí un mundo
incoherente en el que nadie puede entrar; el genio crea para quien quiera
entrar una coherencia en su mundo del que nadie quisiera después salir” (el
Sennin en “Tiempos de Miakoda”), y mientras que es cierto que tanto el genio como
el loco miran lo mismo que los demás pero lo ven de manera distinta, la forma
en la que lo mira y lo que hace con esa perspectiva es lo hace toda la
diferencia: si es productiva es genialidad y si no… es mera locura.
Dicho de otra manera, al igual que Julio Wolf tuvo que
esperar 21 años desde acabado el manuscrito original para poder darle la vida
que se merecía, VIPERS ha tenido que incubarse 29 años y medio hasta tener yo
la madurez multidimensional – teórica (conocimientos), cognitiva (¿inteligencia?),
y afectiva (capacidad para controlar mis emociones) para emprender el más grande
viaje – teórico y a la vez pragmático, ya que consiste en la creación de un
producto, de una herramienta concreta junto con la perspectiva filosófica que
lo ideará – que se haya dado en desafío a los paradigmas más convencionales que
tenemos sobre la realidad que nos rodea – natural y artificial – y de la que
formamos parte.
¿Cómo estirar nuestra perspectiva de la realidad sin perder
nuestro contacto con ella? Por eso mismo VIPERS tuvo que esperar. Hace falta un
gran dominio de la mente – ser un Sennin – para emprender un viaje como este. Os
invito a que acompañéis a lo largo de ese tremendo viaje porque y que os preparéis,
porque después de VIPERS ni el mundo en que vivimos, ni cómo estamos en él será
igual – ni yo tampoco lo seré…
El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.
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