domingo, 8 de julio de 2012

Domingo, 8 de julio, 2012 REPORTE INICIADO A LAS 9:13 AM

En el principio érase el nin, “espíritu bajo disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el  “maestro-sabio del nin,” el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión.


Ubicación: RECAMARA PRIVADA DEL PLEXO
Estado Anímico: HARTO, FURIOSO, ACIDO
Estado Físico: TENDINITIS EN EL HOMBRO DERECHO, FATIGADO
Estado Cognitivo: PERSPICAZ

El Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: Hoy estoy harto. Una “conocida” de Facebook lo dijo todo cuando escribió en su perfil que “solamente quería divertirse”. Una mujer cuarentona, superficial, vanidosa, que en realidad huye de la soledad que sabe que le espera y del vacío existencial que le acosa porque sabe que no tiene nada más que aportar al mundo que la obra de su cirujano plástico y el dinero que gana. Pero en sus palabras lo dice todo y resume la actitud de tantas y de tantos que es imposible ignorar. Mucho barullo aquí en México en cuanto a las elecciones, que si el fraude, que si la corrupción, etc. Pero no ven que el fraude y la corrupción son cada uno de ellos y que ninguno haría diferente si tuviera la oportunidad y la ocasión. No se dan cuenta de que las manifestaciones públicas no son sino otro tipo de festejo inútil donde se muda la copa por la pancarta pero que al final de cuentas nada cambia porque nunca hubo un propósito claro ni un plan disciplinado para lograrlo. No hay estrategia a largo o mediano plazo, solamente arrebato inmediato. Si yo fuera el gobierno, ¿qué más me daría a mí que esta bola de chillones y berrinchudos se paseen en masa por las calles? Y sus protestas en las redes sociales son igualmente patéticas: la inmensa mayoría no sabe ni escribir. Se quejan de que Peña-Nieto es un ignorante, y sin duda lo es, pero es como la tortuga llamando a la caguama “conchudo”. Basta ver la sarta de faltas de ortografía en los comentarios de las “protestas” en las páginas de las redes sociales para darte cuenta de que se está trata de una masa de ignorantes analfabetos que lo mismo estarían gritando vulgaridades en un club de striptease, u obscenidades en un partido de futbol, que pregonando clichés en la calle. Y al final acabarán en el mismo lugar: borrachos en el bar. ¿Qué derecho creen que tienen de esperar más de sus líderes de lo que exigen de sí mismos? Más claro lo pongo: ¿Acaso esperan que alguien formado en el tercer mundo, por sus esquemas auto-derrotistas e inferiores, pueda resolver los problemas de un país de tercer mundo? Es como esperar que el ciego guie al ciego. Y ese es precisamente el problema aquí: no hay peores ciegos que los que no quieren ver; y no quieren ver porque eso requeriría lo que nadie quiere molestarse en hacer: tomar responsabilidad por el esfuerzo de un cambio personal. El latino solamente quiere vivir su vida de diversión constante, sin propósito salvo el ocio continuo, y espera que alguien llegue al poder para cambiar toda la realidad económica para esa misma vida de despilfarro existencial le sea fiscalmente posible. Nada más, nada menos. Como unos eternos adolescentes malcriados quieren nadar y guardar la ropa, comerse el pastel y no engordar. De ahí que esas sandeces de “el Secreto” – que no son sino una extensión de la ubicua estupidez del “padre nuestro” – sean tal populares aquí. Esperan que el universo entero viole las leyes de la física solamente para satisfacer sus antojos y conceder sus deseos. Y es una actitud que fomentan en sus hijos creando nada más que otra generación de buenos para nada que no derivan ningún orgullo del esfuerzo sino que lo evitan como a la peste. De ahí que cualquier intento de reforma a nivel personal que llevaría a lo que se precisa – una revolución cultural – se encuentra con una resistencia total, como si la mera idea de tener que formarse, exigirse, educarse, disciplinarse, fuese una violación grotesca y criminal de sus derechos humanos. No tenemos el valor de aceptar la realidad: si vivimos en tercer mundo es porque la misma cultura crea el tercer mundo en el que vivimos. El tercer mundo no es una imposición externa sino una instauración interna que no es sino el agregado de todos los constituyentes del mismo. Lo creamos porque lo somos. Cada individuo aquí, como las arenas de una playa, contribuye con su apatía, con su ignorancia, con su soberbia, con su superstición, con su gula, con su conducta negativista desafiante a la sociedad en la que vivimos. La culpa no es de los españoles que nos colonizaron ni de los americanos o las multinacionales que nos explotan porque no servimos para nada más que para eso: para ser explotados. No queremos reconocer que la libertad no es la ausencia de imposición externa sino la actitud de una responsabilidad total y absoluta por nuestra situación interna, por nuestros pensamientos, por nuestras emociones, y por nuestra conducta. Lejos, muy, muy lejos de tomar responsabilidad por su condición interna, el latino se entrega a una despreciable auto-conmiseración rogando arrodillado e invocando lástima, como figura patética, sin vergüenza y sin dignidad, a su quimérico y único héroe – “el Todopoderoso Fantástico” – para que le rescate del fétido pozo en el que se encuentra, hoyo contaminado por los detritus de su propia incultura, los excrementos de su indisciplina, y por los despojos de su ignorancia. ¿Y creen que así siendo no van sino a invocar el desprecio y la explotación de cualquiera agente, ya sea funcionario público o empresa multinacional? ¿Acaso no se dan cuenta de que sus propias actitudes, creencias, conductas, y esquemas fueron inseminadas precisamente para promover, generación tras generación, esta misma patética condición servil? Sin la erudición del pueblo una democracia no es sino en una parodia para tiranos. A veces no sé quién está más loco, el loco o el medico que voluntariamente le atiende.

            Me viene a la mente “La Bala de Plata”:

La bala de plata - (circa 2006)

Es tradicional que con el motivo del año nuevo que se nos aproxima se forme en nuestro pensamiento un umbral de reflexión entre el pasado y el futuro. De tal modo es común que reflejemos sobre las metas incumplidas a las que nos comprometimos el año pasado, y sin mayor auto-análisis nos culpemos de ‘flojos’ y de ‘indisciplinados’ y prosigamos a declarar nuevas metas para el año que viene, metas que, igualmente que las de anteriores años se verán sin cumplir; así podemos pasar toda una vida sin perder el peso que queríamos perder, sin aprender el nuevo idioma que queríamos hablar, sin tocar el instrumento de nuestros sueños, sin pasar más tiempo con la familia, etc.

       Como estratega existencial, psicólogo, hipnoterapeuta, maestro, padre, o meramente amigo con frecuencia me encuentro aconsejando a individuos que de año en año han visto pasar así la vida y desesperados ya, quieren que les auxilie con unas pocas palabras de consuelo o exhortación. Es aquí cuando con frecuencia hecho mano de mi plática sobre “la bala de plata,” que viene a ser más o menos algo así:

       La tradición medieval europea relata que un disparo con una bala de plata es el método más seguro y concienzudo de matar a un licántropo, o sea, un ‘hombre-lobo,’ la figura diabólica que durante siglos aterrorizó la existencia de un pueblo supersticioso que creía en seres supernormales y por lo tanto en soluciones mágicas que acabaran con los mismos.

       Para la mayoría de nosotros ya pasaron los días en los que temíamos hombres-lobo, colocábamos gárgolas en los techos para espantar los malos espíritus, y forrábamos los umbrales de nuestras casas con trencillas de ajo para espantar los vampiros, pero el concepto, a modo de metáfora, de una ‘bala de plata’ como solución rápida, eficaz, y sin esfuerzo a un problema recalcitrante y pertinaz prevalece. Lógicamente la expresión se aplica a menudo con escepticismo, sarcasmo e ironía: aunque es común que los problemas se nos presenten tan deslucidos y abrumadores como ‘hombres-lobo,’ raras veces se nos manifiestan con ‘balas de plata’ que los solucionen.

       Sin embargo, hoy en día es lo que más se busca: la solución inmediata y de inconveniencia mínima. Queremos perder peso pero seguir comiendo dulces, tomando cerveza, ingiriendo grasas, y ejercitándonos del sofá a la cama, de la cama a la mesa, de la mesa al auto, del auto al escritorio, y del escritorio al sofá. Queremos que las relaciones con nuestra pareja mejoren, pero sin compromisos propios y sólo a base de señalar las impertinencias y defectos que manifiestan como prerrequisitos a la armonía matrimonial. Queremos que nuestra juventud deje de tomar drogas, pero sin que dejemos de consumir alcohol y nicotina que son, con mucho, las dos drogas que mayor daño social y económico causan. Queremos que nuestras sociedades sean más seguras, más limpias, más prosperas, más bellas incluso, pero seguimos delegando nuestra responsabilidad cívica a una clase profesional política que año tras año nos engatusan con palabras para defraudarnos con hechos. En pocas palabras: queremos la bala de plata que mate los ‘hombres-lobo’ de nuestra existencia y que cambie nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestras circunstancias pero sin la labor de hacer cambios propios en nuestras perspectivas, actitudes, y comportamientos.

       Durante en estos días venideros de festividades, celebraciones, promesas y reflexiones, tomen unos momentos para reflejar sobre sus vidas, sus familias, sus vecindades, sus sociedades y países, y encuentren defectos y problemas en las mismas, piensen en lo siguiente: si no forman parte de la solución, es que vienen a ser el problema; y cuando busquen ‘balas de plata’ para sus problemas sepan que no tienen que ir mas allá de sí mismos para encontrar los hombres-lobo que aterrorizan su propia existencia.

Deseándoles un Feliz y Próspero Año Nuevo se despide

Shodai J. A. Overton-Guerra, Maestro-Fundador de MAMBA-Ryu
Creador el “La Mente del Guerrero Iluminado”


            OK, ya puedo continuar con mi día. Volvemos a VIPERS…

El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo

No hay comentarios:

Publicar un comentario