En el principio érase el nin, “espíritu bajo
disciplina,” y de ahí surgió el Sennin, el “maestro-sabio del nin,”
el maestro-estratega, el sabio-iluminado de la Quinta Dimensión.
Ubicación: RECÁMARA PRIVADA DEL NEXO
Estado
Anímico: FAVORABLE
Estado
Físico: ACEPTABLE,
INCÓMODO DEL INTESTINO
Estado
Cognitivo: LÚCIDO
El
Ojo del Águila, el Espíritu del Carcayú: He estado tanto tiempo escribiendo
la Bitácora del Capitán Wolf que no me ha dado tiempo de escribir la mía. Acabo
de pasar algo más de una hora en el parque ensayando los primeros tres
movimientos del KAI-ZEN para estandarizar todos los pasos de la respiración.
Este mes hay que tener la primera kata de KAI-ZEN lista y filmada para
promoción. El mes que viene será el trigésimo nivel de KOBUDO y en junio será
el de Black MAMBA. Al menos ese es el plan, habrá que grabarlo en alguna parte
para no olvidarme.
Julio Wolf ha estado ocupando todo
mi tiempo disponible y mis energías, aunque he estado aprovechando el Soloflex
con bastante regularidad. No sé qué decir al respecto de JW. Cada capítulo
siento que aporta más de la visión de MAMBA y de la vida de su Shodai. Lo
cierto y lo seguro es que me agota y no solamente es el contenido sino
encontrar el detalle de cómo transmitirlo. La Bitácora del Capitán Wolf ha sido
una forma excelente, a mi parecer, de incorporar detalles personales y de la época,
manteniendo una fidelidad a la veracidad del contenido pero cumpliendo con la
forma artística que se ha ido presentando. Es una novela autobiográfica no
una autobiografía, y mientras que todos los eventos son verídicos dentro de lo
que la memoria lo permita tanto presente, como de mis apuntes de hace veinte años,
como de las memorias de mis padres con quienes he estado consultando, no hay
que perder de vista que es una obra artística y que la función del arte es de
revelar la verdad que se oculta tras la realidad. Bueno, creo que eso es
bastante obvio. Mover emocionalmente al lector es imprescindible; hay que
educarle, informarle, ilustrarle pero también hay que conmoverle, hay que
lograr suscitar en él o en ella los movimientos emocionales necesarios para que
no sea un espectador pasivo sino un partícipe activo en la obra, para motivarle
a que se transforme, a que algo del espíritu indómito de ese carcayú en Julio
Wolf se le pegue por dentro. Desde luego es un digno desafío que
lamentablemente no me ha dejado con brío necesario para continuar emprendiendo
con VIPERS simultáneamente. Eso podría cambiar hoy ya que estoy bastante
adelantado en la escritura de JW y podría descansar de ella por un tiempo
mientras que me dedico a la investigación para nuevo material que incluir. El último
capítulo en particular ha sido particularmente agotador pero también tremendamente
satisfactorio. No hay forma de predecir el impacto que tenga y a qué plazo pero
lo que si tengo bien claro es de que se trata de una obra literaria distinguida,
exquisita, y única. Es un compendio filosófico,
sociológico, histórico, psicológico, espiritual, y de antropología cultural
todo en una sola obra literaria que experimenta con diversas formas literarias
y perspectivas narrativas. Con cada capítulo me siento más completado como escritor
y más convencido de que la trilogía de JW será mi magnum opus.
El ojo que se ve
El filo que se corta
No preciso escudo.
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